Para la industria, las siglas IoT, de internet of things (internet de las cosas) son la llave para entrar al mercado que se viene, y la producción cordobesa, de a poco, está comenzando a entenderlo.
El tema se trató en la Semana TIC, en una mesa que buscó sensibilizar a empresarios y emprendedores cordobeses, organizada por la Cámara de Industrias Informáticas, Electrónicas y de Comunicaciones del Centro de Argentina (Ciiecca).
La internet de las cosas es la tecnología que permite a los aparatos, desde un horno eléctrico hasta un sistema de detección temprana de niveles en ríos, conectarse a la red global. Cuando esto surgió años atrás, parecía hasta una excentricidad tecnológica, pero ahora abre la puerta a posibilidades impensadas para la industria y los servicios.
La razón es que, a través de lo que se llama inteligencia artificial –otra tecnología informática capaz de procesar grandes volúmenes de datos–, es posible utilizar la información que generan estos aparatos, lo que permite mejorar su eficiencia o brindar nuevas prestaciones.
Luminaria inteligente
Un ejemplo de esto se está gestando en Córdoba. Una empresa tecnológica tiene prácticamente listo un sistema de luminarias para dos ciudades del interior que, además de apagar las luces cuando es de día, durante la noche deja un servicio “de cortesía” para que una persona pueda ver con normalidad, pero se activa en toda su capacidad lumínica previo al paso de un vehículo.
Se trata de Taller Technologies, la firma encabezada por Fabio Grigorjev, que tiene en su currículum desarrollar software para Harley Davidson en Estados Unidos. Tiene filiales en San Francisco (Estados Unidos), en Lima (Perú) y en Sofía, la capital de Bulgaria. Además, cuenta con 40 colaboradores en Argentina y 120 a nivel global.
El sistema permite un ahorro de casi 40 por ciento en el costo energético y también genera un flujo de datos permanente sobre el nivel de circulación vehicular, que puede ser procesado en tiempo real, no sólo para administrar la luminosidad, sino también para políticas de infraestructura.
“Son desarrollos para probarlos en ciudades medianas. Una vez que se evalúe su funcionamiento, lo ofreceremos a ciudades más grandes”, explica Grigorjev.
En forma paralela, a fin de año implementará en la cooperativa de Almafuerte un sistema de análisis predictivo para control de garrafas de propano, conocidas como zepelín. La idea es medir el consumo y combinar esto con el pronóstico del tiempo. Si se proyecta cuándo se terminará la garrafa, se puede definir con precisión el reparto y así disminuir la cantidad de viajes que se hacen por año, lo que reduce costos.
Según Grigorjev, esta tecnología puede aplicarse a actividades tan diversas como transporte, control de riego, tracking ganadero (trazabilidad, peso, etc.), tratamiento de residuos, y detección temprana de incendios y niveles de ríos y lagos.
Lavarropas inteligente
Hace dos años, Alladio hizo punta dentro de la industria masiva con su lavarropas Drean Next con conexión wifi.
En la actualidad representan 36 por ciento de las ventas en su línea tope de gama, lo cual implica una buena inserción. Pero sólo tres mil usuarios lo tienen conectados realmente a internet.
La primera conclusión es que mucha gente lo compró por la novedad, pero pocos utilizan todo su potencial, según lo explica Marcos Alladio, presidente de la firma, un fenómeno que suele ocurrir con las nuevas tecnologías.
Sin embargo, los aparatos están generando un flujo de información “muy valiosa” acerca de cómo lavan la ropa sus clientes, con detalles de profundidad que no proveen los estudios de marketing tradicionales, como por ejemplo, el alto uso de los programas rápidos.
En función de esta experiencia, un próximo paso podría darse con hornos eléctricos conectados a internet.
Fuente: La Voz